Los demonios han acompañado a la ciencia a lo largo de los siglos. Pero los de los laboratorios no son criaturas sobrenaturales, sino interrogantes, paradojas, misterios y leyes que sorprenden a los científicos y desafían la comprensión humana. Han ayudado a hacer realidad lo que se tenía por fantasía y, a día de hoy, continúan motivando la búsqueda de lo que no se ha podido hallar. En su nuevo libro, La ciencia y sus demonios (Arpa), la doctora en Historia de la Ciencia por la Universidad de Harvard Jimena Canales (Ciudad de México, 51 años) ofrece un recorrido por la evolución científica a través de los demonios que atormentaron las mentes de figuras como René Descartes, Albert Einstein o Charles Darwin. La recopilación demuestra que incluso en la era de la razón, la ciencia ha estado acompañada de sus propios fantasmas intelectuales, y reivindica la importancia de la historiografía para comprender los grandes hitos del conocimiento. “Hay muchos científicos, pero pocos historiadores de la ciencia”, apunta Canales.