El sapo del desierto de Sonora (el Incilius alvarius, también conocido como sapo del Río Colorado o sapo bufo) desprende a través de su piel un veneno que guarda, en su interior, un compuesto psicodélico con potencial terapéutico. La molécula 5-MeO-DMT, que se segrega de forma natural por las glándulas parótidas de este anfibio, tiene propiedades alucinógenas, provocando en quien lo consume distorsiones temporales de la percepción visual, auditiva y del tiempo. Pero los viajes que genera este compuesto pueden tener también un impacto en la salud y la comunidad científica ya investiga sus propiedades para tratar la depresión y otros trastornos mentales. Un estudio publicado este miércoles en la revista Nature ahonda en el conocimiento de este tipo de psicodélico y sus posibilidades medicinales: investigadores de la Facultad Icahn del Mount Sinai de Nueva York, han mapeado las bases moleculares del 5-MeO-DMT en el cerebro y han analizado cómo interactúa con el mismo receptor de la serotonina que se emplea en otros antidepresivos. La investigación agrega “información crucial”, aseguran sus autores, para facilitar el desarrollo de nuevas terapias neuropsiquiátricas.