Diciembre 2025 ¡Diviértete explorando el mágico mundo de Hora de Aventuras!

Hacer fuego era su manera de sacar la rabia, de ponerla afuera de su pecho, como si les dijera: miren qué grande puede ser mi furia, cuidado que puede alcanzarlos.

No es un rio – SELVA AlMADA

Autora

Selva Almada

Selva Almada nació en Entre Ríos (Argentina) en 1973. Publicó sus primeros relatos en el Semanario Análisis, de la ciudad de Paraná. Allí dirigió, entre 1997 y 1998, la revista CAelum Blue. Ha publicado las novelas Mal de muñecas, Editorial Carne Argentina, 2003; Niños, Editorial de la Universidad de La Plata, en 2005; Una chica de provincia, Editorial Gárgola, en 2007; El viento que arrasa, Mardulce Editora, en 2012, y el e-book Intemec, en Editorial Los Proyectos.

Otros libros de la autora


Sinopsis

Enero y el Negro llevan de pesca a Tilo, hijo adolescente de Eusebio, el amigo muerto. Mientras beben y cocinan y hablan y bailan, lidian con los fantasmas del pasado y con los del presente, que se confunden en el ánimo alterado por el vino y el sopor. Una red mezcla realidad y sueño, hechos y conjeturas, isleños, agua, noche, fuego, peces, bichos. Humana, pero a la vez animal y vegetal, esta novela fluye como un cauce, una larga conversación o el afecto entre seres que se quieren: madres, hijos, hermanos, amantes, ahijados.

Con No es un río, Selva Almada completa su trilogía de varones, inaugurada con El viento que arrasa y seguida inmediatamente por Ladrilleros.

Personajes

Amigo cercano de Ezequiel y Negro. Es un hombre parco, marcado por el duelo y por una herida emocional que no ha sanado desde la muerte de su amigo querido. Aporta una mirada introspectiva y silenciosa.

Compañero de Enero en la excursión. Más sociable y directo. Representa la tensión entre continuar con la vida y cargar con la culpa por los hechos del pasado.

Hijo de Ezequiel. Adolescente callado y observador. Va a la pesca como parte de un rito de iniciación masculino, aunque también como forma de conectar con la memoria de su padre muerto.

Aunque ya fallecido cuando inicia la historia, su presencia es central. Amigo de los dos hombres, su muerte dejó una marca profunda. Es una figura que se vuelve casi mítica en la memoria y en el relato.

Viven en la isla. Son hombres duros, desconfiados y enigmáticos, vinculados a un ambiente más salvaje y primitivo. Su aparición tensiona el aire de la historia, añadiendo un clima de amenaza y misterio.


Reseñas

Selva Almada dota a No es un río de una enorme fuerza gracias a una escritura donde el costumbrismo se transforma en poesía.

– Elvira Navarro

Reseña Marta Sanz

El costumbrismo es telúrico, y la lengua no estándar remite a idiosincrasias locales que Almada eleva a su condición universal por su limpio manejo de la antítesis […] y de lo simbólico: la isla es metáfora y es isla sin más, accidente geográfico hiperrealista. Territorio que se posee. Mujer que, a menudo, no puede elegir ni su maternidad. Tampoco el río es un río, “es el río” y el tránsito del artículo indeterminado al determinado encierra una visión del mundo que desencadena tragedias por el sentido de pertenencia y territorialidad.

Reseña Ignacio Echevarría

No es un río sigue elevando su apuesta en pos de un laconismo en absoluto reñido con la complejidad, de un lirismo desnudado de todo preciosismo. La naturaleza, los gestos, los elementos absorben aquí toda la psicología del relato, cuya intensidad y contrastes evocan la técnica del grabado en madera, empleada en este caso con deslumbrante maestría.

Reseña Gabriela Cabezón Cámara

Una novela enorme, una lírica de la aspereza en la que la amistad entre varones, la paternidad, la mujer amada y las despreciadas, la lealtad y la traición casi no necesitan ser dichas para hacerse sentir. Te tocan.

En su realismo de repercusiones mágicas, confluyen Onetti y el Borges de “El Sur” con la sombra inflamada de Horacio Quiroga,pero la calidad y resolución de su prosa activan una sugestión que es exclusiva de Selva Almada.