La cara oculta de la Luna, el hemisferio de nuestro satélite que nunca vemos desde la Tierra, fue un misterio absoluto hasta que la sonda soviética Lunik 3 tomó su primera fotografía en 1959. Seis décadas más tarde, China se convirtió en la primera nación capaz de posar una nave robótica en esa región inexplorada, una hazaña que ningún otro país ha emulado. Hoy, el gigante asiático se ha apuntado un nuevo hito, al completar con éxito su misión lunar robotizada más compleja hasta la fecha, la Chang’e 6, con la que ha logrado alunizar en la parte más remota del astro, recolectar dos kilos de rocas lunares, transferirlos al módulo de regreso y transportarlos hasta nuestro planeta, en el plazo previsto de 53 días.