La ciencia ha empezado a desentrañar un viejo misterio que guarda el cuerpo humano durante la lactancia materna. Hasta ahora, no se había podido explicar con exactitud cómo era posible que la mayoría de mujeres lactantes mantuviesen relativamente robusta su salud ósea a pesar de destinar las reservas de calcio de su organismo a producir leche para amamantar a sus bebés. Un grupo de investigadores de la Universidad de California ha arrojado luz sobre este enigma y, en un estudio en ratones y células humanas publicado en la revista Nature, los autores describen por primera vez una hormona, denominada CCN3, capaz de fortalecer los huesos. El hallazgo, que tendrá que ser confirmado en humanos, abre la puerta a estudiar una nueva diana terapéutica contra la osteoporosis, una enfermedad caracterizada por la disminución de la densidad ósea y que puede provocar fracturas.