Una de las universidades más antiguas del mundo, la de Salamanca, vive una situación insólita. El Comité Español de Ética de la Investigación urgió el 11 de junio a la institución a ejercer “sus potestades de inspección y sanción” ante “las presuntas malas prácticas” de su propio rector, Juan Manuel Corchado. Más de 150 profesores han firmado ahora un comunicado para exigir que su rector no se investigue a sí mismo, para “salvaguardar el prestigio de la Universidad de Salamanca y eliminar cualquier sospecha de malas prácticas o de permisividad con las mismas por parte de la institución”, según reza el texto, al que ha tenido acceso EL PAÍS.