Como las personas, las estrellas nacen, crecen y mueren. Y lo hacen en eventos que provocan grandes explosiones. Una supernova es la muerte de una estrella supergigante, mientras una nova deja vivas a las estrellas tras resplandecer con un destello explosivo y repentino. En general, estos eventos pueden ser difíciles de predecir, pero se conocen al menos 10 sistemas de enanas blancas que producen novas de manera periódica, cinco de ellos en nuestra galaxia. Este es el caso de T Coronae Borealis (T CrB), ubicada a unos 3.000 años luz de la Tierra. Sus observaciones históricas indican que explota aproximadamente cada 80 años y ese ciclo que está cerca de completarse. Una vez que ocurra, será observable a simple vista en forma de una nueva estrella en el cielo nocturno.