Hace 100 años, los antibióticos revolucionaron la medicina. Las infecciones bacterianas causaban estragos y la aparición de sustancias capaces de aniquilar a los microbios supuso una mejora de la esperanza de vida sin precedentes. Desde entonces, el uso masivo, y a veces negligente, de los antibióticos ha permitido que las bacterias se adapten a sus ataques y las resistencias amenazan con devaluar unos medicamentos que han salvado millones de vidas. Ahora, el estudio de la microbiota intestinal, un ecosistema de microorganismos que coexisten en nuestro interior en un equilibrio complejo, está haciendo posibles nuevos tratamientos para las infecciones.