Hace poco más de un mes un programa de la televisión pública eligió al neurocientífico Santiago Ramón y Cajal como el mejor español de la historia, por delante del poeta Federico García Lorca, del escritor Miguel de Cervantes y de la reina Isabel la Católica. Sin embargo, apenas el 8% de los españoles considera a Cajal como uno de los tres mejores investigadores de la historia mundial, según un estudio realizado por la Fundación BBVA sobre la cultura científica en 18 países europeos, Estados Unidos, Israel y Turquía. Los encuestados en España mencionan al alemán Albert Einstein (48%), a la francesa Marie Curie (25%), al británico Isaac Newton (22%), al médico hispanoestadounidense Severo Ochoa (11%) y al también británico Charles Darwin (9%) antes que a Cajal y a la bioquímica Margarita Salas (8%).
Año: 2024
Borges deconstruido
Un tríptico, es decir, una hoja apaisada dividida en tres partes iguales por dos dobleces verticales, en principio se puede doblar, como vimos la semana pasada, de 8 maneras distintas: en cada doblamiento podemos cubrir el anverso o el reverso de la hoja, por lo que hay 4 posibilidades (AA, AR, RA, RR) empezando por un doblez y 4 empezando por el otro, 8 en total; pero solo en principio, pues dos de los doblamientos dan lugar a las mismas configuraciones obtenidas con otros dos (¿puedes determinar cuáles son?), por lo que en realidad solo hay 6 plegados distintos. Si la visualización mental no es lo tuyo, te sugiero que hagas un tríptico doblando una hoja de papel, y tas numerar las caras del 1 al 6 (o mejor A1, A2, A3 las del anverso y R1, R2, R3 las del reverso) podrás pasar un rato tan entretenido como instructivo estudiando las distintas posibilidades de plegado.
Arranca el festival que mezcla premios Nobel, astronautas y música
Este domingo arranca la séptima edición del Festival Starmus, un encuentro de científicos que incluye también conciertos. El certamen se celebra este año en Bratislava (Eslovaquia) y durará hasta el viernes.
La increíble historia del ‘Megalosaurus’, 200 años después de su publicación científica
El Megalosaurus Bucklandii fue el primer dinosaurio descrito por la ciencia, en 1824. Hace más de 160 millones de años era un carnívoro bípedo que pesaba una tonelada y medía entre 6 y 9 metros de largo, pero antes de saber todo eso fue visto como el escroto de un humano gigante. La culpa la tuvo el naturalista británico Richard Brookes quien, en 1763, en un impulso de audacia creativa, reinterpretó el fósil que ya había publicado e ilustrado 86 años antes Robert Plot, el primer profesor de química de Oxford, en el libro Una historia natural de Oxfordshire. Si bien el docente incluyó en esa obra la posibilidad de que se tratara de los restos de un humano gigante, contempló en igual medida que pudiera tratarse del fósil de algún animal desconocido. La duda se debía a que en el capítulo seis del Génesis se habla de un tipo de semidioses colosales y violentos que habrían desaparecido en el diluvio universal. Como en el siglo XVII cualquier explicación por fuera del relato bíblico era imposible de imaginar, todo hallazgo o razonamiento debía encajar en la cosmovisión teológica a como dé lugar.
Inés Pineda-Torra, bioquímica: “Si la mujer es el apoyo emocional de la casa, hará la cena antes de irse al médico”
Inés Pineda-Torra (Madrid, 53 años) no para de reír durante toda la entrevista. Porque quiere quitar dramatismo a algunos asuntos, porque es su manera de afrontar situaciones que ha vivido durante su carrera profesional, y también porque acaba de recibir un millón de euros de la aseguradora AXA para investigar sobre el riesgo cardiovascular de las mujeres durante la menopausia. Bioquímica de formación, estudió en la Universidad Complutense de la capital española, pero casi toda su actividad profesional la ha desarrollado fuera de España. Hizo la tesis doctoral en el Instituto Pasteur de Lille (Francia), pasó su etapa posdoctoral en Nueva York, primero en el Memorial Sloan Kettering y luego en la NYU, y volvió a este lado del Atlántico para incorporarse a la University College London, donde llegó a catedrática de investigación. “Llevaba casi 15 años en Londres cuando surgió la oportunidad de venirme a España, al Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (Cabimer) de Sevilla. Mi vida ha cambiado radicalmente”, cuenta.
Por qué la idealización de la mujer neandertal de Netflix es un problema
A partir de un cráneo descascarillado, encontrado en piezas planas como una pizza en el suelo de una cueva del norte de Irak, se ha reconstruido el rostro de una mujer neandertal de 75 000 años de antigüedad. Su nombre es Shanidar Z. Tiene una expresión tranquila y considerada, parece una mujer madura, reflexiva, accesible e incluso amable. Su imagen está muy lejos del estereotipo gruñón y bruto que tuvimos de los neandertales, creado en 1908 tras el descubrimiento de El Viejo de La Chapelle.
La nostalgia del presente y el relato científico en las novelas de Paul Auster
En la novela David Copperfield, el escritor Charles Dickens nos habla de esa experiencia común a los humanos donde lo que estamos viviendo parece que ya lo hemos vivido antes, en un tiempo pasado, como si recordásemos el propio presente. Es lo que se viene a llamar déjà vu, lo ya visto, un tipo de paramnesia que Freud, siempre pendiente de los misterios de nuestros instintos, definió como el recuerdo de una fantasía inconsciente junto con un deseo de mejorar la situación actual.
Los satélites de SpaceX amenazan con ocultar asteroides peligrosos para la humanidad
El mundo vivió un inusual impacto de un asteroide el pasado 21 de enero sobre el cielo de Berlín. Lo extraordinario fue que en la madrugada de ese domingo, a la 1:32 hora local, había cientos de personas esperando la llegada de 2024 BX1 y algunos sabían incluso hacia dónde tenían que mirar, como cuentan en los testimonios, fotos y vídeos que dejaron en las redes sociales. 95 minutos antes, la NASA había emitido un aviso que anticipaba cuándo, cómo y dónde exactamente se iba a producir el impacto. Una roca espacial se dirigía a toda velocidad hacia las afueras de la capital alemana, y no cabía esperar nada más que la espectacular estela de los bólidos que dejan estos cuerpos al desintegrarse cuando entran en la atmósfera.
Un alucinógeno del veneno del sapo bufo muestra potencial para tratar trastornos mentales
El sapo del desierto de Sonora (el Incilius alvarius, también conocido como sapo del Río Colorado o sapo bufo) desprende a través de su piel un veneno que guarda, en su interior, un compuesto psicodélico con potencial terapéutico. La molécula 5-MeO-DMT, que se segrega de forma natural por las glándulas parótidas de este anfibio, tiene propiedades alucinógenas, provocando en quien lo consume distorsiones temporales de la percepción visual, auditiva y del tiempo. Pero los viajes que genera este compuesto pueden tener también un impacto en la salud y la comunidad científica ya investiga sus propiedades para tratar la depresión y otros trastornos mentales. Un estudio publicado este miércoles en la revista Nature ahonda en el conocimiento de este tipo de psicodélico y sus posibilidades medicinales: investigadores de la Facultad Icahn del Mount Sinai de Nueva York, han mapeado las bases moleculares del 5-MeO-DMT en el cerebro y han analizado cómo interactúa con el mismo receptor de la serotonina que se emplea en otros antidepresivos. La investigación agrega “información crucial”, aseguran sus autores, para facilitar el desarrollo de nuevas terapias neuropsiquiátricas.
La revolucionaria terapia celular CAR-T busca abrirse paso más allá del cáncer de la sangre
Hay un tratamiento contra el cáncer que, en apenas una década, ha revolucionado el pronóstico de los tumores de la sangre. Es la terapia celular CAR-T, una inmensa obra de ingeniería genética que consiste en extraer linfocitos T del paciente —un tipo de células inmunes que se encargan de la defensa del organismo—, modificarlos en el laboratorio para hacerlos más efectivos y devolverlos al enfermo para que puedan combatir mejor el tumor. Parece ciencia ficción, admiten sus impulsores, pero es tan real como que ya ha regalado miles de victorias impensables. Y las que le quedan. La terapia CAR-T se ha consolidado con éxito en el tratamiento de un puñado de cánceres hematológicos, como algunas leucemias o linfomas, pero todavía tiene una asignatura pendiente: los tumores sólidos, donde no ha conseguido resultados favorables. Una investigación publicada este miércoles en la revista Science Advances, sin embargo, abre un nuevo filón para llevar esta revolucionaria terapia celular más allá del cáncer de la sangre: en un estudio en modelos animales, científicos del Centro Oncológico Montefiore Einstein de Nueva York han demostrado que una versión más potente y optimizada de los CAR-T mejora la supervivencia en ratones con un tumor cerebral, cáncer de páncreas y de pulmón.