Todos los humanos compartimos una enorme parte de nuestro genoma, un 99,6%. Eso quiere decir que solo somos diferentes en ese 0,4% restante. Somos tan iguales porque el genoma es lo que nos define como humanos, pero debido a ese 0,4% de variabilidad no existen dos genomas idénticos. Esas divergencias son responsables de nuestras diferencias físicas, que son las más evidentes, pero también de otros rasgos, que comentaré más adelante.