Siempre se dice que un bebé es la alegría de cada casa. Laura y Mateo tienen 28 y 30 años respectivamente y llevan 5 años juntos. Hace casi dos años decidieron dar el paso de asumir la responsabilidad de ser padres. Estaban preparados y creían que podían darle una buena vida a ese bebé que tanto deseaban. Tras muchos intentos sin resultado, la pareja acudió al ginecólogo para averiguar qué podía estar fallando. A Laura se le vino el mundo abajo cuando la palabra endometriosis retumbó en esa sala, acompañada de un silencio sepulcral. “¿Por qué a mí?”, preguntó rota de dolor. Su sueño de formar una familia dejó de ser difícil para convertirse en imposible. De todas las opciones que les ofreció el ginecólogo, la que más les convenció era la de tener un bebé con ayuda de una mujer gestante. Sólo así su futuro hijo compartiría la misma sangre que la de sus padres.
Como Laura y Mateo, son muchas las parejas que, debido a sus cuestiones biológicas, les impide cumplir el sueño de ser padres. Ante esta situación, solo un ginecólogo puede nombrar con conocimiento los siguientes temas: técnicas de reproducción asistida, gestación subrogada y adopción. La mayoría de parejas acuden a las técnicas de inseminación artificial o fecundación in vitro cuando tienen problemas de fertilidad, pero, si estas fallan, optan por la gestación subrogada. Se trata de un método muy comentado en la actualidad, pero su origen no es para nada reciente.
Varios siglos antes de Cristo, en el libro del Génesis, se hablaba de la famosa historia de Abraham y Sara, pareja que no podía tener hijos y que viajó junto con la bendición de Jehová para conseguirlo. En Canaán conocieron a Agar, que acabaría siendo su sierva y la futura mujer que diera a luz un hijo para ellos. “Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella” (Reina Valera, 1960). Pero solo podían hacer eso si Abraham se casaba con Agar. Y así fue. A lo largo de la historia, los problemas de fertilidad se han relacionado siempre con la salud de las mujeres, rechazándolas socialmente por su incapacidad.
España, lejos de la subrogación
En la actualidad, el tema de la gestación subrogada ha evolucionado satisfactoriamente, pero, en países como España, no es legal su práctica. “Estados Unidos es primera potencia mundial y se hace la gestación subrogada desde hace muchos años. Si algo están haciendo bien, ¿por qué no copiarlo en Europa?”, sugiere Juanjo, representante de la Asociación de Padres por Gestación Subrogada. La actriz española de 68 años, Ana Obregón, viajó hasta Miami para tener a una niña, aunque confirmó más tarde que la niña era su nieta, y que había nacido con el esperma de su hijo fallecido de cáncer. Esta declaración abrió el debate sobre las implicaciones jurídicas que puede traer la inscripción en el Registro Civil de la niña y los problemas a los que se puede enfrentar la actriz y empresaria española. (Salvador, 2023)
Debido a estos problemas legales, los padres como Ana tienen que realizar estos trámites a nivel internacional. Uno de estos casos llegó hasta el Tribunal Supremo. Fue el de una madre soltera que había recurrido a un proceso de gestación subrogada en México hace 5 años. Ella no había aportado sus óvulos, por lo que no había ningún vinculo biológico con ese niño. Esta madre, a través del derecho de posesión de estado, pedía que se le inscribiera al niño en el Registro Civil (Bilbao, 2023).
El Tribunal Supremo se negó y declaró en la sentencia de pleno 835/2013 que “los contratos de gestación por sustitución vulneran los derechos fundamentales, tanto de la mujer gestante como del niño gestado, y son por tanto manifiestamente contrarios a nuestro orden público”. (Gabinete Técnico del Tribunal Supremo, 2022) Esta afirmación resulta ser totalmente contraria para aquellos miembros que defienden la gestación subrogada. En el caso de Juanjo, no niega la veracidad de esta declaración, pero sí apunta de que “la mujer es una persona libre que sabe dónde se está poniendo”.
El Tribunal Supremo también incluyó a los niños como parte de este proceso. En la sentencia dictó que “tanto la madre gestante como el niño a gestar son tratados como meros objetos, no como personas dotadas de la dignidad propia de su condición de seres humanos y de los derechos fundamentales inherentes a esa dignidad”. Como resultado, el Alto Tribunal estableció que el reconocimiento de la relación de filiación a la madre comitente debe obtenerse por la vía de la adopción. (Crespo, 2022)
El principal motivo
¿Qué motiva a los padres a recurrir a la gestación subrogada? Este caso despierta diferentes puntos de vista y provoca en la sociedad ese pensamiento de afán que parecen mostrar las parejas heteroparentales cuando desean tener un hijo de sus mismos genes. “Según un estudio, el 82 % de las familias recurrieron a la donación de gametos o embriones. No existe una motivación genética para recurrir a la gestación subrogada” De esta manera, Pablo Bilbao, portavoz de la Asociación “Son Nuestros Hijos”, explica a través de artículos y datos esta técnica.
Pero, ¿existen otros motivos de carácter personal? “Un gran porcentaje sí que es por motivo médico; en parejas heterosexuales se trata del 99% de los casos. Es cierto que en parejas homosexuales el motivo biológico es obvio, no pueden gestar. Puede haber algún caso minoritario que sea por capricho, cerca del 1%, pero no suele ser lo normal” (García, 2023). Un caso minoritario sería el de la familia multimillonaria que pagó 160.000 euros para tener 20 bebés. Kristina y Galip Ozturk, de origen georgiano, quieren llegar a tener 100 bebés por gestación subrogada y convertirse en la familia más grande del mundo. (Elidrissi, 2021).
«El cuerpo no se alquila, ni entero ni por partes»
En 1976, Noal Keane creó la Surrogate Family Service Inc, para ayudar a parejas con dificultades y facilitar los trámites necesarios para la subrogación (Arteta, 2011). Esto resultó una iniciativa solidaria, pero con el tiempo esta imagen desapareció cuando entró en debate si realmente se trataba de una transacción económica. Entonces apareció el término “vientres de alquiler”. Según Lamm (2012), se trata de un vulgarismo despectivo que denota falta de rigor. Tratar a una mujer como una incubadora o un vientre de alquiler supone que no nos interesan los sentimientos de esa mujer por algo diferente a lo que nos pueda servir. Supone un atentado contra su autonomía (Anderson, 1990-91).
“La mujer que cede su capacidad gestacional ni es madre, ni alquila nada. Primero, porque el cuerpo no se alquila, ni entero ni por partes. Y, en segundo lugar, porque la gestante nunca se considera madre, ni quiere serlo, ni lo es.” (Torrico, 2016). Sin embargo, Juanjo, asegura que “las gestantes siempre han sido mamás. No hay gestante que no hayan sido mamá de un hijo propio, lo que se llama el sentimiento de arraigo del primer hijo”. Tales afirmaciones dejan claro que la gestación subrogada sigue siendo un tema para debatir hoy en día.
Las clínicas de gestación subrogada también tienen un papel en esta historia. Son las encargadas de proporcionar una información completa y veraz del proceso a los padres que la solicitan. “La gestación subrogada carece de esas llamadas estafas o situaciones irregulares”, explica Juanjo. Solo en casos minoritarios se puede demostrar lo contrario. “La clínica ucraniana Biotex en 2016 tuvo irregularidades, pero no suelen haber grandes casos de este tipo porque intentan hacerlo de la mejor manera posible. Si hay un error de trata de personas, acabaría explotando y sería una bomba mediática, no sólo en España sino en el mundo entero. Toda agencia y toda clínica en la que se respete un mínimo y que haga las cosas bien, no van a hacer este tipo de irregularidades y situaciones que exploten a la mujer”, añadió.
Derecho a la libertad de decidir
Ser libre no es sólo deshacerse de las cadenas de uno, sino vivir de una forma que respete y mejore la libertad de los demás (Nelson Mandela). La sociedad pone en duda la libertad de decisión de las madres gestantes. ¿Lo hacen de manera libre? Existe el ejemplo de que, por falta de dinero, recurren a la gestación subrogada. Si la madre de alquiler dispuso su vientre porque carece de medios para su libertad, o para cumplir obligaciones parentales o familiares que se han depositado por entero sobre sus hombros, es difícil decir que la mujer no sufre coerción. (Torres, 2018)
Debido a que la libertad de la mujer es un tema que se baraja sobre la mesa y se encuentra limitado en ocasiones a motivos económicos, ¿se puede demostrar que la gestación subrogada provoque efectos psicológicos en la mujer gestante? “No existen estudios sobre esto todavía, pero, cualquier proceso que implique un cambio social, puede tener efectos psicológicos siempre que la persona no esté preparada para la decisión que va a tener”, detalla Bartolomé Madrid, psicólogo general sanitario. “Puede afectar a la mujer gestante si ha tomado la decisión condicionada por algún factor”, añadió. Además, ante las razones económicas, Juanjo asegura que la mujer gestante se ha ahorrado 10 o 15 años de trabajo en un puesto normal, por lo que, de una manera u otra, la gestación subrogada le arregla económicamente media vida.
Otra alternativa para ser padres
Según Pablo, en el caso de existir una alternativa a la gestación subrogada, o no la hay, o sólo cabría la opción de un trasplante de útero. Esto no quiere decir que no haya otros métodos para formar una familia. Uno de ellos es la adopción, pero cabe destacar que los procesos y los objetivos son diferentes a la gestación subrogada. En esta alternativa no se necesita a una tercera persona que se comprometa a gestar un futuro hijo. Cuando se adopta a un niño, más que formar una familia, se le está dando una oportunidad de vida y unas condiciones mejorables para vivirla.
Juan y su mujer tenían 46 y 49 años cuando adoptaron a su hijo. Fueron a Rusia y acogieron en sus brazos a Javi con dos años y medio. Esta pareja realizó técnicas como la inseminación artificial, pero el resultado siempre fue negativo. Desde el principio, tuvieron en mente la adopción nacional. Después de informarse y de acudir a las primeras reuniones, Juan cuenta que “en España, la adopción definitiva es extremadamente difícil que te la den”. Su duración es más larga que por gestación subrogada. En el caso de Esther, tardó cinco años en poder reunirse con su hijo adoptado, Kena. “Fue un proceso complicado y muy costoso, tanto a nivel económico como emocional”, confiesa.
Al igual que Juan y Esther, los padres de Marco acudieron a la adopción internacional. Una vez que se informa a la sociedad de estas diferencias, surge la gran pregunta: ¿Se debe convencer a las parejas para que adopten? Según Juan, jamás ha convencido a nadie. “Yo siempre me he limitado a explicar el proceso, con sus pros y sus contras. Pero nunca a convencer, porque al final es algo que la pareja tiene que tener muy claro. Lo mismo digo para el afán de buscar a un hijo de forma natural”, añadió. Marco, desde su experiencia personal lo tiene muy claro: “Aunque el hijo biológicamente no sea tuyo, cuando llega al final es como si lo fuera, porque al final te va a tener en sus recuerdos desde pequeño”.
«Los hijos son lo primero»
“El niño no debe tener efectos psicológicos por haber nacido a través de la gestación subrogada, pero dependerá del tipo de educación que haya recibido desde pequeño y la naturalidad con la que se haya tratado el tema. Incluso puede haber más efectos psicológicos en un niño que ha vivido una situación de maltrato en casa que por la gestación subrogada”, explica Bartolomé Madrid.
Tanto los padres que acuden a la gestación subrogada como los que adoptan les cuentan a sus hijos, de la manera más educativa, cómo fue su bienvenida al mundo. “Él tiene muy claro que es adoptado porque nosotros se lo dijimos desde el primer momento”, confiesa Juan. Marco también conoce la verdad desde que era pequeño. Aun así, hubo gente que le preguntaba si sabía que era adoptado. “Lo sé desde hace 10 años”, le respondía. Cuando llegó a bachiller, a sus compañeros les pareció curioso que no tuviera acento, pero como bien explica Marco, “ya llevaba 15 años viviendo en España”.
En definitiva, la educación de padres a hijos es primordial, pero no hay que olvidar el papel educativo que tienen los centros escolares. La Asociación “Son Nuestros Hijos” y la Universidad de Murcia han llevado a cabo la realización de una “Guía de buenas prácticas sobre diversidad familiar y gestación por sustitución en el ámbito educativo: concienciación, sensibilización y mediación escolar”. En su propio nombre indica los principales objetivos que persigue para concienciar de que, en las aulas, se está ofreciendo una visión subjetiva de la gestación subrogada desde la politización tratada en los medios de comunicación. Esta visión puede llegar a estigmatizar y señalar a los y las menores nacidos/as a través de ella.
«La gestación subrogada ha llegado para quedarse»
La investigación sigue avanzando y, en un futuro, se podrá realizar de manera legal en países donde actualmente no se está tramitando. Sin embargo, no hay señales de esperanza en cuanto a España, debido a que los políticos se oponen totalmente a esta técnica de reproducción asistida. El Ministerio de Exteriores estimó que, entre 2010 y 2016, se registraron en España 979 niños y niñas nacidos a través de acuerdos de subrogación en Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, India, Nepal, México, Tailandia, Ucrania, Rusia, Grecia, Portugal y Sudáfrica. Desde 2016, esa cifra ha seguido y seguirá creciendo.
En cuanto a la adopción, 675 niños fueron adoptados en España en 2021. Esto supone un incremento del 25,70% con respecto al año anterior. Aunque, en términos de futuro, el proceso de adopción se alarga en el tiempo porque la mayoría de las familias solicitan que los bebés estén sanos (Gonzalez, 2023). Tanto la gestación subrogada como la adopción son maneras de formar una familia, pero, ¿la segunda sería una alternativa para la primera?
Bartolomé argumenta su teoría: “La gente está muy equivocada. Piensa que la solución ética para formar una familia es adoptando, pero, al final, la adopción no responde a las necesidades de una pareja que busca criar a un bebé. Con la gestación subrogada lo que quieres es darle vida a tu futuro hijo, sea o no de tu misma sangre. Y con la adopción, pretendes mejorar la vida que ese niño no ha podido tener por parte de sus padres biológicos”


Bibliografía
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Torres, M. A. (2018). Libertad, desigualdad y el contrato de maternidad subrogada. [Tesis doctoral] Universidad Autónoma de Madrid, Madrid, España.
Torrico, O. (2016). Se llama ‘gestación subrogada’, no ‘vientre de alquiler’. El Periódico de Catalunya. https://www.elperiodico.com/es/entre-todos/participacion/llama-gestacion-subrogada-vientre-alquiler-58314