Imagen principal de la entrevista a Adrián Hernández.

El sábado 4 de enero, a las 11:30, se jugará un amistoso entre el Churra y el Yeclano para inaugurar el campo de fútbol de la pedanía que pasa a llamarse Adrián Hernández ‘Patiya’, ex del Real Murcia, quien hace un repaso a su vida en esta entrevista.

Pregunta. ¿Qué se te pasa la cabeza al ver que el campo de Churra va a llevar tu nombre?

Respuesta. Es un orgullo muy grande. Tenemos un evento el día 4 y la verdad que para mí es un orgullo absoluto, sobre todo porque es muy difícil ser profeta en la tierra. Y sobre todo me gusta que se reconozca más por lo que conseguimos por ahora en el Yeclano, anteriormente en el Murcia, o lo que conseguimos con el Churra, todos los ascensos y los play off. Yo creo que se reconoce también por la cantidad de horas que le he echado cuando entrenaba a los críos pequeños, cómo ayudaba, cómo apoyaba a la gente, cómo de alguna manera era una reinserción también para compañeros, amigos de toda la vida, de ponerlos aquí a trabajar en el fútbol con críos pequeños. Y eso es lo que más me llena de orgullo y satisfacción, que sea reconocido, que yo creo que es así, más que por los logros deportivos, por los logros personales.

P. Cuando empezabas, ¿veías que podías hacer carrera como entrenador y llegar hasta donde has llegado?

R. Yo lo he vivido siempre, desde pequeño siempre lo cuento. Desde que estaba en Capuchinos, los profesores, cuando he venido alguna vez a dar una charla, se acuerdan de que yo estaba ya en Primaria con una libreta haciendo alineaciones de la Quinta del Buitre y demás. Por lo tanto, sí que es algo que siempre lo he llevado dentro; incluso cuando era jugador que tenía mil limitaciones, considero que era más un capitán, un líder, un entrenador que un jugador y siempre tenía una cosa clara, que el equipo por encima de todo es algo que yo siempre tenía en mi cabeza. Cuando empecé a entrenar, sabía que podía hacer cosas.

P. ¿Cómo has ido viviendo este camino y todos los pasos que has ido dando desde que empiezas a ser conocido con el Churra?

R. Pues mira, rompiendo el techo de cristal y cada día mejorando. He ido subiendo un peldaño más y sin complejos, pero con humildad. Acompañada de honestidad y de pasión, que al final es lo que me mueve en el fútbol a mí. Al final son 24 horas al día pensando en fútbol, sin lugar a ninguna duda. Yo considero que es, sin complejos, con humildad, trabajo y no poner objetivos a largo plazo, sino microobjetivos.

He ido subiendo un peldaño más y sin complejos, pero con humildad.

P. Has ido acompañando tu carrera de entrenador, que ha ido subiendo cada año, con la de ser profesor.  No sé qué te sientes más, un profesor que dirige equipo o un entrenador que también da clase. 

R. Yo soy ahora un entrenador que da clase. Yo he tenido claro que lo primero siempre tiene que ser la formación, ya sea docente o laboral, pero tú tienes que tener una salida. En el fútbol el trabajo y hacerlo todo bien no aseguran el éxito. Llevo 10 años de muchos éxitos, pero tal vez mañana hago lo mismo y a lo mejor me sale mal, ¿no? Como el fútbol es tan volátil tienes que tener siempre un plan A. ¿Qué pasa? Mi plan A, que era ser profesor, ahora se ha convertido ya en un plan B porque en el fútbol sí que ya estoy en un apartado diferente al que cuando empecé. Entonces, yo diría que soy un entrenador que también da clase un poco también para formarse y mejorar en el verde. 

P. Tu éxito en Churra te llevó al Real Murcia y ahora que ha pasado el tiempo, ¿qué se te pasa por la cabeza de aquel momento?

R. El año anterior a mi llegada al Real Murcia tuve posibilidades de salir del Churra, pero estaba muy a gusto, muy contento, me sentía bien y lo compaginaba con la docencia. Todo el mundo me decía que me tenía que ir porque era imposible hacerlo mejor. Mi experiencia en el Real Murcia la puedo definir como una época de aprendizaje para lo que pueda venir en el futuro. Fue como hacer la mili. 

P. Alberto Lozano, uno de los referentes de la Región en cuanto a estadísticas, puso un dato que me dejó perplejo y fui a corroborarlo. En los últimos 39 años, solo dos entrenadores han estado dos temporadas completas en el club grana. ¿Es imposible triunfar en el Real Murcia? 

R. No, no es imposible para nada. Es un dato tremendo, está claro que los proyectos y los modelos son más importantes que el cambio rápido y la precipitación no es buena. Yo puedo hablar de mi experiencia en el Murcia y, en el momento en el que yo estaba, había 10 directivos diferentes y cada uno tiraba para un lado. Ha sido difícil siempre, pero en mi caso, estando tanta gente opinando, era más difícil aún. Pero yo estoy muy agradecido porque es que aprendí, aprendí y ese aprendizaje lo llevo ya donde vaya.

Siempre me he sentido muy querido por la afición del Murcia.

P. Muchos aficionados del Real Murcia me han dicho que si no hubieras pasado por el equipo, ahora mismo todos te estarían pidiendo. 

R. Siempre me he sentido muy querido por la afición del Murcia. Y eso que creo que la mayoría no sabe la verdad de la situación que yo tuve que vivir. Si supieran la verdad de todo lo que ocurrió, en vez del 90% de apoyo que siento que tengo, sería del 98%.

P. ¿Cómo fue esa salida del club murcianista?

R. Yo siempre digo que me voy realmente el 24 de enero, tras el partido contra el Betis B. Esa noche, si llegamos a ganar, dormíamos líderes a expensas de lo que hiciera el UCAM. Esa es mi última noche en el Murcia, aunque después hay tres semanas más, pero ese es el día que todo el mundo sabe lo que pasa y lo que no se ha terminado de contar, que debería de saberlo todo el mundo y entonces a lo mejor entrarían en empatía real.  Todo lo demás era pleito y papeleo y ver el momento. 

Imagen de Adrián Hernández dirigiendo al Yeclano Deportivo.

P. ¿Y tú lo sentías así esas semanas? 

R. Sí, sí, yo y todo el equipo y todo el cuerpo técnico lo teníamos claro. Es más, te voy a contar que dos semanas antes de esto, yo estaba en la dirección deportiva de dos equipos de Segunda A para firmarme, a los cuales les digo que no, que ni siquiera lo planteen, que yo quiero seguir en el Real Murcia. Fue todo muy rápido, pero aquel día ya estuvo claro. 

P. Y aparece el Yeclano en tu vida y da la sensación desde fuera que es como el matrimonio perfecto.

R. Yo tuve unos meses duros tras lo que pasó en el Murcia. Fueron momentos de analizar, de ver qué ha pasado, de ver por dónde me habían llegado las bofetadas, de por qué me habían llegado las bofetadas y por qué si a mí me habían dicho de cumplir una serie de objetivos y una serie de metas, y si todas estaban cumpliéndose mucho antes del tiempo, por qué había un problema nuevo cada día. Decidí ir al Yeclano y, aunque sí que es verdad que hubo equipos de superior categoría interesados en mí, algunos de ellos con un nombre muy importante, yo no me sentía con fuerzas y decidí coger una parcial en el instituto de nuevo e ir a Yecla a recobrar la ilusión. Y creo que fue muy, muy arriesgado, pero también tenía ganas de volver a demostrar, por tercera vez, que trabajando a mi manera, de manera honesta, se pueden hacer las cosas. En el Yeclano, al final, mi parcela me la respetan. Con la austeridad que hay, ese no es el problema. Cuando yo llegué al Murcia había austeridad. El problema es que tú tengas un modelo, un trabajo y que te respeten ese trabajo y tú respetes las parcelas del resto. En Yecla estoy muy contento porque he podido poner en práctica todo el aprendizaje anterior. Y la verdad que con la afición que tenemos, que siempre apoya es espectacular. 

Fuente: La Opinión de Murcia

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