Finlandia en la Edad del Hielo

El territorio de Finlandia ha estado habitado desde la Edad del Hielo, aproximadamente desde el 8.800 a. C. La población se asentó en un primer momento a orillas de las vías acuáticas, desde entonces siempre ha tenido un intenso flujo comercial. El nombre de Turku, la ciudad más antigua de Finlandia, significa «mercado».
La glaciación borró la mayoría de los restos y obligó a la gente a emigrar al sur en busca de un clima más templado. Solo tras la retirada de los glaciares que habían cubierto el país con una capa de hielo de 3Km, volvió a restablecerse la presencia humana.
Finlandia en la Edad Media

Las menciones escritas de Finlandia no comienzan hasta los siglos XII-XIII. En esa época, las cruzadas pusieron a Finlandia en la esfera de influencia del Papa de Roma y las redes comerciales de la medieval Liga Hanseática.
La Iglesia católica se expandió por Finlandia desde Suecia, mientras que la ortodoxa lo hizo desde el este, desde Novgorod, actual territorio ruso.
La disputa entre Suecia y Novgorod por el domino del territorio concluyó en 1323 con la firma de la Paz de Pähkinäsaari, también llamada Tratado de Nöteborg. Gracias a este, la fe católica se instaló en el oeste, mientras que en el estelo hizo la ortodoxa.
En la actualidad, sigue existiendo esa frontera religiosa, aunque la Reforma protestante sustituyó al catolicismo por el luteranismo.
Tras el Tratado de Nöteborg, la mayor parte del territorio de Finlandia pasó a ser parte de Suecia. La historia de Finlandia, durante unos 500 años, es la historia de Suecia.
En 1548, el obispo Mikael Agricola tradujo el Nuevo Testamento al finés, se convirtió en el primer testimonio escrito en esta lengua, aunque la lengua oficial y de la alta sociedad siguió siendo el sueco. El uso del finés no se implementó en la administración hasta 1739.
Finlandia bajo el dominio de Suecia y Rusia

Desde mediados del siglo XVI, los continuos ataques a Livonia por parte del zar Iván el Terrible obligaron a los suecos a actuar y se apoderaron de territorios en Estonia y en Ingria. El dominio sueco alcanzó su apogeo y Finlandia conoció una relativa prosperidad. En esta época se crearon nuevos asentamientos, carreteras, servicios de correos, y se fundó una universidad en Åbo (Turku).
Los primeros indicios del nacionalismo finlandés aparecen en el s. XIX. La insatisfacción con la administración sueca alcanza su punto crítico cuando oficiales del Ejército finlandés escriben una carta a la reina de Suecia cuestionando la legalidad de la guerra contra Rusia. Mientras tanto, los estudios académicos sobre tradiciones culturales finlandesas creaban la base sobre la que se apoyaría el futuro sentimiento nacionalista.
Rusia conquistó a Suecia el territorio de Finlandia entre 1808 y 1809. Finlandia se convirtió en una región autónoma dentro de la Rusia zarista, la mayor parte de las leyes aprobadas durante el dominio sueco siguieron vigentes. Durante este periodo, Finlandia se convirtió en un territorio especial que se desarrolló bajo mandato del zar.
A partir del año 1899, Rusia endureció su postura ante el gran ducado de Finlandia. Esto provocó un fuerte sentimiento de resistencia contra la creciente opresión.
En 1906, se introdujo en Finlandia el Parlamento finlandés, elegido mediante sufragio universal e igualitario (fue el primer país europeo en conceder a las mujeres plenos derechos políticos). Sin embargo, Rusia siguió con su opresión política y la pobreza se agravó, esto provocó que, en las primeras décadas del s. XX, muchos finlandeses se trasladaran a Helsinki o emigraran a Norteamérica en busca de una vida mejor.
La Revolución rusa de 1917 permitió que el Parlamento pudiera declarar la independencia el 6 de diciembre de ese mismo año. Aunque, Rusia reconoció a la nueva nación fomentó la disidencia y proporcionó armas para provocar un levantamiento obrero.
Finlandia desde la Guerra Civil hasta la actualidad

La Guerra Civil Finlandesa estalló a finales de enero de 1918, tras un ataque de los «rojos» finlandeses, armados por Rusia, contra guardias civiles en Víborg. Los «rojos», formados por la clase obrera, aspiraban a una revolución socialista parecida a la rusa conservando la independencia. Los «blancos» nacionalistas anhelaban una monarquía y pretendían emular a Alemania.
Los «blancos», con el apoyo alemán, lograron la victoria y la guerra terminó en mayo de 1918. Federico Carlos, príncipe de Hessen, fue elegido rey de Finlandia por el Parlamento el 9 de octubre de 1918, pero la derrota de la Alemania imperial un mes más tarde hizo que Finlandia se decantara por un modelo republicano.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el papel de Finlandia fue bastante complejo. Al principio, luchó junto a las potencias del Eje, principalmente contra la Unión Soviética, en un conflicto conocido como la Guerra de Invierno (1939-1940). Posteriormente, en la Guerra de Continuación (1941-1944), se alió con la Alemania Nazi, pero tras ser derrotada por los soviéticos, se vio obligada a luchar contra Alemania en la Guerra de Laponia (1944-1945).
Al final de la guerra, aunque Finlandia logró mantener su independencia de la URSS, tuvo que ceder casi el 10% de su territorio, incluyendo su segunda ciudad más grande, Viipuri, y pagar reparaciones de guerra a la Unión Soviética. Esto resultó en el desplazamiento de muchos habitantes.
En el año 1948, Finlandia y la Unión Soviética firmaron un Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua, con el que ambos estados se comprometían a defenderse mutuamente de amenazas exteriores. En la práctica, durante toda la Guerra Fría Finlandia estuvo en el área de influencia de la Unión Soviética, y toda la política exterior e interior estuvo guiada por el temor de esta.
En enero de 1993, entró en vigor el Tratado de la Unión Europea, firmado en Maastricht en 1992. Este tratado dio origen a la actual Unión Europea, que reemplazó a las Comunidades Europeas anteriores. Además, se estableció un mercado único que permite la libre circulación de mercancías, servicios, personas y capitales entre los países miembros.