Hace cinco años, un encuentro transformador cambió el rumbo de la vida de un músico apasionado: conoció a Oneida James, una bajista cuyo talento y carisma lo cautivaron de inmediato. Desde ese día, forjaron una conexión indestructible que los unió como «hermanos del groove», compartiendo no solo la pasión por la música, sino también una visión creativa que impulsa su desarrollo artístico.
La influencia de Oneida ha sido fundamental en su trayectoria; ha sido una maestra y una compañera a la vez, enseñándole cada matiz del bajo y desafiándolo a explorar nuevas dimensiones rítmicas.
