En el vibrante corazón de Archena, la banda Malas Pulgas había estado creando su propio espacio en la escena musical. Fue entonces cuando se cruzaron con este talentoso músico, cuya profesionalidad y pasión por la música les conquistaron al instante.
Desde el primer encuentro, la conexión fue palpable. La banda confió en su visión para grabar su tercer disco, un proyecto que prometía llevar su música a nuevas alturas.