Mi colaboración con Muerdo no es solo profesional, sino también personal. Somos grandes amigos, y esa conexión se refleja en cada nota y cada ritmo que compartimos en el escenario. Acompañarlo como su baterista ha sido una aventura increíble, llevándonos a festivales y escenarios de todo el mundo, donde su música ha resonado con miles de corazones.
Juntos, hemos tejido un sonido que fusiona poesía, raíces y modernidad, creando momentos inolvidables para el público. Ser parte de su proyecto es un honor y un constante aprendizaje, una experiencia que celebro con cada golpe de batería y cada aplauso que recibimos.
