Sabrina Estrada y Chandler Guttersen, fundadoras de Etéreo Vintage y Grace Vintage respectivamente, cuentan en sus showrooms de Nueva York con piezas originales de Cristóbal Balenciaga, Christian Dior, Elsa Schiaparelli o Fortuny. Ambas comparten su experiencia y conocimiento sobre este creciente mercado. La moda vintage se ha convertido en uno de los recursos preferidos más recientes para destacar en cualquier alfombra roja. Un fenómeno que se ha incrementado clarísimamente en los últimos meses. Hasta hace no mucho este era un terreno en el que reinaba prácticamente en solitario Zendaya.

Sus años de experiencia en llevar vestidos de otras épocas le permitió lucir como nadie una verdadera joya de museo: el diseño Cyborg creado por Thierry Mugler en 1995 para celebrar los 20 años de su marca confeccionado con metal y plexiglás. Miley Cyrus, otra apasionada de la moda vintage eligió un vestido de Bob Mackie, diseñador de cabecera de Cher, para su actuación en los Premios Emmy. Y uno de los casos más llamativos fue el de Maisie Williams, que según relataba ella misma, estuvo trabajando dos años en los looks que luciría para su gira de promoción de la serie The New Look. A lo largo de las diferentes presentaciones, que le llevaron por varias ciudades, la actriz llevó únicamente piezas vintage, desde un Balenciaga de 1965, hasta un Vivienne Westwood de 1996.


A principios de mes Anna Baryshnikov posaba en la presentación de Love Lies Bleeding con un vestido de Yves Saint Laurent del año 1987, culminando un mes de entregas de premios en los que la moda vintage ha brillado especialmente.

Bibliografia: Revista Vanity Fair