Que no toquen el cielo
Los programas del tiempo anuncian lluvia para hoy. Es septiembre y, en Murcia, ya han bajado a la Fuensanta, sinónimo de que, por fin, llegarían las ansiadas lluvias para regar los campos y salvar la cosecha. El verano había sido largo, demasiado quizás, y el agua en la Región fue escasa y preciada por todos los agricultores, como Salvador (apodado El Mellinas), quien mira al cielo, feliz, al verlo repleto de nubarrones que se pierden en el horizonte.
Lo que vio Salvador fue un fenómeno de aviones antilluvia, que se enmarca dentro de la teoría del chemtrail, que proviene de las palabras inglesas chemical y trail, es decir, estela química, por la estela de condensación que deja un avión al pasar por un lugar nublado. Sobre las nubes, supuestamente, vierte una cantidad de compuestos químicos, como el yoduro de plata, que deshacen las nubes de lluvia. Los defensores de esta teoría advierten de la existencia de un plan que persigue el objetivo de controlar y modificar el clima a escala mundial.
Verdad o Mito
A pesar de que la ciencia no avala los chemtrails, muchas personas creen que es verdad, ya que los defensores de esta teoría encuentran argumentos para pensar que los gobiernos intentan manipular las condiciones climáticas. En nuestro país, su principal argumento radica en el artículo 3 de la Ley de Aguas aprobado en el Real Decreto 1/2001 de 20 de julio en el que se anuncia que “la fase atmosférica del ciclo hidrológico sólo podrá ser modificada artificialmente por la Administración del Estado o por aquellos a quienes ésta autorice”.
Por ello, la teoría del chemtrail defiende que los Estados pueden modificar la fase climática para impedir las lluvias. Otro punto clave en la teoría de los chemtrails es la geoingeniería. La geoingeniería, también llamada ingeniería climática, es una propuesta que sale de las teorías científicas para combatir el cambio climático. Sus objetivos son la gestión de la radiación solar y la reducción del dióxido de carbono.




Amenaza o Beneficio
Los defensores del chemtrail alertan de que los aviones, además de impedir las precipitaciones, con los mismos metales pesados que utilizan, supuestamente, rocían a la población, lo cual genera enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Los supuestos compuestos químicos que utilizarían los aviones antilluvia son los siguientes: yoduro de plata, aluminio, bario y estroncio.
El bario y el estroncio sí son reconocidos por la ciencia como metales pesados, sin embargo, el yoduro de plata y el aluminio, no lo son. Además, según el químico e investigador predoctoral de la Universidad de Murcia, José Manuel Ramón Torres, ninguno de los cuatro compuestos químicos, en pequeñas cantidades, puede afectar a la salud humana. Esto concuerda con la información de Sánchez y Bengtsson (2018) sobre una denuncia por un posible caso de chemtrail en la Patagonia argentina. Según este ensayo: “se necesitarían unos 300 millones de aviones con bario para elevar la concentración en el suelo a niveles considerados como tóxicos”.
Fuente del Reportaje: Blogger-VayaAmbiente, Santiago Ramón Torres, 13 de octubre de 2023.
Fuente de las Fotografías: Escogidas de del propio reportaje Blogger-VayaAmbiente.