La ‘wonder woman’ de San Blas volvió a hacerlo en una noche en la que al comunicador valenciano se le notaba el dolor en las costuras


Ángeles Caballero
01 NOV 2024 – 09:12ACTUALIZADO:01 nov 2024 – 09:21 CET | Fuente: El País
¿Cuándo toca volver a lo de siempre sin que parezca que el dolor se ha dormido, que se han entumecido las emociones? ¿Cuándo puede la televisión volver a los aplausos, a los chistes, a aligerarnos el peso del día a día? La noche del jueves ha sido difícil para Pablo Motos, que apareció el último día de octubre, y prometió risas “que seguro que nos vienen bien a todos”. “Necesito decirme a mí mismo unas palabras”, explicó como oriundo de Requena (Valencia), como el hombre que tiene que presentar un programa con un amigo desaparecido por la Dana, como el hombre que tiene a su familia en la zona afectada.
A las 22.03 de la noche presentó a Belén Esteban. Que fue bálsamo. Que fue la Belén de ahora, que cuando juega fuera de casa no se enfada, la que dice que está “nerviosita perdida”. Belén. La patrona. Lástima el mitin final, que se intuía porque algunas llevamos viendo a la Esteban desde que le dio una entrevista a María Teresa Campos y la timidez le impedía volcar más que un hilillo de voz. Digo lástima porque llevamos más de 48 horas de información, pero también unas cuantas de demagogia. Unámonos todos, hagan algo de una vez, no se enfaden, no se echen las culpas. We are the world, we are the children.