Chip de IA

Estamos presenciando en directo cómo algunas de las compañías más grandes del planeta invierten miles de millones de dólares en inteligencia artificial (IA). Se trata de una disciplina cuyos avances prometen integrarse en todo tipo de sectores: desde el transporte hasta la educación y la medicina. Y claro, las oportunidades de negocio son enormes.

Pero para mantenerse a la vanguardia se está asumiendo un coste que trasciende lo económico. Los centros de datos sobre los que se entrenan y ejecutan los modelos de lenguaje de IA consumen grandes cantidades de energía y, dependiendo de su sistema de refrigeración, necesitan mucha agua. Además, generan bastantes residuos electrónicos.

La IA y los residuos electrónicos Un estudio reciente elaborado por destacados investigadores sugiere que el total de residuos electrónicos asociados a la IA podría situarse entre 1,2 millones y 5 millones de toneladas para 2030. El documento advierte sobre la presente tendencia, y anima a los diferentes actores de esta industria a gestionar los desechos de manera proactiva.

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Artículo escrito por Javier Marquez para la web xataka


¿Desaparición de la IA?