
1. Desayuno tradicional
Comienza tu día con un desayuno típico en el centro de Jumilla. Puedes probar unas tostadas con aceite de oliva virgen extra y tomate, acompañadas de un café con leche. Establecimientos locales ofrecen este tipo de desayuno para empezar con energía.
2. Visita a una bodega con cata
Jumilla es reconocida por sus vinos con Denominación de Origen Protegida, especialmente los elaborados con la uva Monastrell. Puedes visitar alguna de las bodegas locales para conocer el proceso de elaboración y disfrutar de una cata. Algunas opciones incluyen Bodegas Viña Elena y Bodegas Silvano García, que ofrecen experiencias enoturísticas completas.

3. Almuerzo con platos típicos
Para el almuerzo, te recomendamos degustar la cocina tradicional jumillana. Platos como el arroz con conejo y caracoles, el gazpacho jumillano con tortas, el cabrito frito con ajos o el mortirigüelo son algunas de las especialidades locales. Restaurantes como Casa Sebastián o Restaurante de Loreto ofrecen menús que destacan estos sabores autóctonos.




4. Paseo por el casco histórico
Después de comer, un paseo por el casco antiguo de Jumilla te permitirá conocer su patrimonio cultural, incluyendo el Castillo de Jumilla y la Iglesia Mayor de Santiago.

5. Cena ligera con tapas y vino
Para cerrar el día, disfruta de una cena ligera basada en tapas acompañadas de vino local. Establecimientos como Tu Rincón Gastrobar ofrecen una variedad de tapas creativas que fusionan tradición y modernidad.

Y así, entre copas de Monastrell, platos llenos de historia y paseos por calles con alma, despedimos este viaje por Jumilla. Una tierra que no solo se saborea, sino que se siente en cada rincón, en cada bodega, en cada conversación.
Porque en Jumilla, comer es compartir, brindar es celebrar y viajar es volver a las raíces. Te llevarás el sabor, pero sobre todo, la calidez de una región que siempre tiene un lugar en la mesa para ti.
Jumilla no se olvida. Se repite.