El álbum «Eternal Sunshine» de Ariana Grande, inspirado en la película ‘Eternal Sunshine of the Spotless Mind’, muestra a la cantante confrontando sus emociones más dolorosas. En el videoclip de «we can’t be friends (wait for your love)», Ariana se sumerge en una clínica ficticia para borrar recuerdos traumáticos, un reflejo simbólico de la búsqueda de alivio emocional. Sin embargo, a diferencia de evadir sus demonios, Ariana opta por enfrentarlos y expresar su gratitud por las lecciones aprendidas, como lo expresa en «thank u, next». La terapia y la introspección son temas recurrentes a lo largo del álbum, especialmente evidentes en «don’t wanna break up again», donde Ariana ofrece una mirada cruda a la infelicidad en las relaciones personales.
El sonido R&B, profundamente influenciado por artistas como Mariah Carey, Brandy y Aaliyah, se destaca en «Eternal Sunshine», otorgándole una atmósfera nostálgica pero contemporánea. Canciones como «the boy is mine» y «true story» rinden homenaje al pasado del género mientras exploran nuevos territorios sonoros. Aunque la producción a cargo de Max Martin e Ilya es impecable, el álbum carece de una dirección creativa clara, lo que se refleja en el orden aparentemente aleatorio de las canciones y la falta de sencillos potenciales evidentes.
A pesar de la excelencia técnica y las destacables interpretaciones vocales de Ariana, «Eternal Sunshine» no logra alcanzar las expectativas de un gran regreso. La ausencia de sencillos memorables y la sensación de falta de cohesión en la estructura del álbum dejan una impresión de decepción entre los seguidores de la cantante. Si bien el disco ofrece momentos de disfrute, no logra capturar la magia y la cohesión de trabajos anteriores de Ariana Grande. En resumen, «Eternal Sunshine» representa un intento valiente de explorar nuevas temáticas y estilos musicales, pero no logra alcanzar el nivel de excelencia esperado de una artista de su calibre.
