Desde los primeros detalles conocidos sobre «La Joia» de Bad Gyal, como su nombre que refleja su origen catalán, se anticipaba un álbum marcado por la evolución musical de la artista. Sin embargo, aunque se había revelado una parte significativa del tracklist a través de singles y presentaciones en vivo, la mañana del lanzamiento dejó cierta sensación de frialdad entre algunos oyentes, incluida esta fan incondicional.
El álbum presenta una amalgama de estilos, desde la esencia dancehall que cautivó en «Candela» hasta la experimentación con canciones como «Bota niña», lo que refleja la búsqueda de una audiencia más amplia por parte de Bad Gyal. Aunque se aprecia el esfuerzo por diversificar su sonido, se percibe un matiz de artificialidad en algunas pistas que resta algo de autenticidad al conjunto, generando cierta decepción en comparación con trabajos anteriores.
Temas como «Mi lova», que contaba con un fuerte potencial, no logran impactar como se esperaba, lo que puede atribuirse a las altas expectativas que rodean a una estrella en ascenso como Bad Gyal. Sin embargo, hay destacados, como la enérgica «Sexy» y la adictiva «Perdió este culo», que demuestran la capacidad de la artista para crear hits contagiosos.
La producción del álbum es impecable, con transiciones suaves entre las pistas, y las colaboraciones, como la de Tommy Lee Sparta en «La que no se mueva», agregan un toque fresco al conjunto. Sin embargo, aunque las melodías son sorprendentes, las letras parecen carecer de la profundidad y la emotividad que se esperaba, lo que puede decepcionar a algunos seguidores más fieles de Bad Gyal.
En última instancia, «La Joia» parece estar diseñado para atraer a nuevos seguidores más que para satisfacer a los fanáticos de toda la vida. A pesar de esto, Bad Gyal sigue siendo una figura prominente en la escena musical, especialmente en Latinoamérica, y su influencia continúa creciendo. Esta fan seguirá apoyándola, reconociendo su talento innegable y esperando que el resto del mundo también lo haga.
