Tu voz es una herramienta poderosa para transmitir confianza y autoridad.
Controla tu tono: Un tono firme genera confianza.
Varía el ritmo: Mantén la atención con pausas estratégicas.
Cuida la pronunciación: Habla claro y evita muletillas.
Practica la proyección: Asegúrate de que todos puedan oírte sin esfuerzo.
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