El Festival de Eurovisión 2019 se celebró en Tel Aviv, Israel, tras la victoria de Netta Barzilai el año anterior con la canción «Toy». Bajo el lema «Dare to Dream» (Atrévete a soñar), este evento destacó por su vibrante producción y un enfoque en la inclusión, diversidad y sueños compartidos. El concurso tuvo lugar en el Expo Tel Aviv del 14 al 18 de mayo, con 41 países participantes. Bulgaria y Ucrania no compitieron: Bulgaria se retiró por razones financieras y Ucrania debido a conflictos internos relacionados con su selección nacional.
El ganador fue Países Bajos, con Duncan Laurence y su emotiva balada «Arcade», que acumuló 498 puntos, marcando la primera victoria del país desde 1975. Italia quedó en segundo lugar con Mahmood y «Soldi«, mientras que Rusia fue tercera con Sergey Lazarev y «Scream«.
España estuvo representada por Miki Núñez con la canción «La venda», un tema festivo y optimista que buscaba transmitir un mensaje de libertad y autoconocimiento. La puesta en escena fue diseñada por Fokas Evangelinos e incluyó un colorido decorado de casas móviles y un grupo de bailarines que llenaron el escenario de energía. Miki cerró el espectáculo como el último participante de la noche, una posición generalmente considerada favorable.
Sin embargo, pese a la gran ovación recibida en el recinto y su destacada actuación, España terminó en el puesto 22 de 26 finalistas, con un total de 54 puntos. Estos se dividieron entre 53 del televoto y solo 1 del jurado profesional, lo que evidenció una desconexión entre ambos sistemas de votación respecto a la propuesta española. Este resultado generó debate en España, especialmente por las altas expectativas generadas durante la promoción previa al concurso.
El espectáculo inaugural incluyó una puesta en escena impactante, con una «llegada» de los artistas a Tel Aviv simbolizada por un avión virtual y múltiples actos simbólicos que destacaron la historia musical de Israel. Durante los intervalos, Madonna realizó una actuación que generó controversia: interpretó «Like a Prayer» y «Future«, aunque recibió críticas por problemas vocales y una decisión política al mostrar banderas de Israel y Palestina juntas en la chaqueta de un bailarín.
Uno de los momentos más polémicos de Eurovisión 2019 ocurrió durante la votación final, cuando los integrantes del grupo islandés Hatari, conocidos por su postura crítica hacia diversas cuestiones políticas, mostraron banderas palestinas mientras las cámaras los enfocaban en el Green Room. Este gesto ocurrió en protesta contra las políticas de Israel hacia Palestina, en un contexto donde el concurso ya estaba rodeado de controversias por celebrarse en Tel Aviv.
La Unión Europea de Radiodifusión (EBU), que organiza Eurovisión, tiene una política estricta de neutralidad política y considera que las acciones de Hatari violaron las reglas del certamen. La respuesta fue rápida: la EBU condenó el gesto y afirmó que tomaría medidas disciplinarias contra la delegación islandesa, aunque las sanciones finales no se hicieron públicas en detalle.
Hatari ya había generado controversia desde su llegada a Israel, declarando en entrevistas su oposición a la ocupación de Palestina y prometiendo usar su plataforma en el festival para abordar el tema. La acción durante la votación fue la culminación de estas declaraciones. A pesar de la polémica, el gesto fue recibido con apoyo por parte de algunos sectores y críticas por otros, subrayando el desafío constante de mantener a Eurovisión como un evento apolítico en contextos de tensiones internacionales.
Además, el evento destacó por un error en la publicación de resultados que llevó a la Unión Europea de Radiodifusión a corregir las puntuaciones días después, aunque esto no afectó los tres primeros lugares. El festival fue un escaparate de creatividad y cultura, reforzando la conexión entre los países participantes y su público global.






