Las redes sociales nos ofrecen una plataforma para compartir momentos y conectar con los demás, pero también nos exponen a la tentación de mostrar solo lo mejor de nuestras vidas. Este fenómeno de «curaduría digital» crea un desfase entre la realidad y lo que proyectamos, lo que puede afectar nuestra autoestima y nuestras relaciones.
Ser auténticos en redes sociales no significa compartir todo, sino encontrar un equilibrio. Mostrar vulnerabilidad o imperfecciones puede ser liberador y, en muchos casos, más atractivo para nuestras conexiones. Esto fomenta interacciones más sinceras y profundas.
El reto está en resistir la presión de las expectativas externas y utilizar las redes como un medio para conectar de verdad, en lugar de impresionar. ¿Te animas a intentarlo?




Estudiante de Publicidad con una gran pasión por los deportes y los animales.