La paradoja de nuestro tiempo es que, aunque estamos más conectados digitalmente, muchas veces nos sentimos más solos que nunca. Esto sucede porque las conversaciones en línea no siempre reemplazan el contacto físico o las emociones transmitidas cara a cara.
Además, la multitarea digital afecta nuestra capacidad de atención, lo que puede dar lugar a interacciones superficiales. Incluso cuando estamos físicamente con alguien, es común estar distraídos por notificaciones o mensajes. Esto crea una barrera para la verdadera conexión emocional.
Para combatir esta desconexión, es vital practicar la atención plena en nuestras interacciones, tanto en línea como fuera de ella. Escuchar activamente y reservar tiempo para relaciones significativas puede marcar la diferencia.




Estudiante de Publicidad con una gran pasión por los deportes y los animales.