La virtualización de las relaciones ha hecho que conectar con seres queridos o colegas a kilómetros de distancia sea más fácil que nunca. Esto es especialmente útil para mantener vínculos familiares o laborales en un mundo globalizado. Además, plataformas como WhatsApp o Zoom han reducido las barreras geográficas y económicas de la comunicación.
Sin embargo, depender tanto de lo digital también puede crear desconexión emocional. Las interacciones en línea a menudo carecen de la profundidad y espontaneidad de las conversaciones en persona, lo que puede llevar a malentendidos o relaciones superficiales. Además, el «multitasking» digital hace que a menudo no prestemos toda nuestra atención a quien nos está hablando.
Para aprovechar los beneficios de la comunicación virtual sin caer en sus desventajas, es esencial ser conscientes de cómo y cuándo usar estas herramientas. Buscar momentos para desconectarnos y hablar en persona, cuando sea posible, es clave para fortalecer nuestras relaciones más importantes.
Estudiante de Publicidad con una gran pasión por los deportes y los animales.
