Personajes
Aunque hoy Tim Burton es uno de los directores más influyentes del cine fantástico, sus inicios en la industria no fueron precisamente sencillos. Un ejemplo claro es la historia de Frankenweenie, un proyecto que Burton no filmó una, sino dos veces.
En 1984, cuando todavía trabajaba como animador en Disney, Burton creó un cortometraje en acción real titulado Frankenweenie. El proyecto representaba perfectamente el estilo que más tarde definiría su carrera: tonos oscuros, estética gótica y una sensibilidad tierna pero inquietante. Sin embargo, para Disney de aquella época, ese estilo era todo lo contrario a lo que buscaban.
Los ejecutivos del estudio declararon que Burton había “malgastado el dinero de la compañía”, ya que el cortometraje se alejaba demasiado del tipo de contenido familiar que Disney producía. Además, las proyecciones de prueba reforzaron esa percepción: varios productores consideraron que la historia —un niño que revive a su perro muerto— era “demasiado perturbadora” para el público infantil.
Como resultado, Disney tomó una decisión drástica: despidió a Tim Burton.
Paradójicamente, ese rechazo fue el impulso que necesitaba para seguir su propio camino. Poco después, Burton alcanzó un enorme éxito en Hollywood, y años más tarde Disney volvió a interesarse por él. Entonces, ya convertido en un director consagrado, regresó para rehacer Frankenweenie como siempre había querido: una película animada en stop-motion estrenada en 2012, ahora celebrada como una obra profundamente personal y emblemática de su estilo.
Lo que en su día fue motivo de despido se convirtió en una de las mayores reivindicaciones creativas de su carrera.
Hola!, soy Marta Soto y estudio Publicidad y RRPP en la UMU.