Durante milenios, los humanos han realizado una cría selectiva de perros para aumentar sus habilidades en el pastoreo, la caza, como animales de compañía o para su protección. Un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Chapman en California (EE UU) cuestiona la hipótesis de que la apariencia de una raza ayude directamente a la especialización de tareas.

Los investigadores centraron su trabajo en el cráneo del perro. A partir de 117 especímenes de museo, generaron reconstrucciones en 3D de 41 razas domésticas y 18 subespecies salvajes.
A continuación, examinaron si cada raza tenía rasgos distintivos para su finalidad prevista. Por ejemplo, estudiaron si los cráneos de las razas utilizadas por las fuerzas del orden y el ejército tenían rasgos distintivos para trabajos como seguir rastros y morder.