Los peligros de Doñana

El Parque Nacional de Doñana es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Sin embargo, la frágil situación de este ecosistema es víctima de la agricultura intensiva.

El Parque Nacional de Doñana es un espacio natural protegido ubicado entre Cádiz, Sevilla y Huelva, en Andalucía, y alberga tanto el Parque Nacional de Doñana, creado en 1969, como el Parque Natural, creado en 1989 y ampliado en el 97. Debido a su situación geográfica estratégica entre dos continentes y su proximidad al Estrecho de Gibraltar, entre el Atlántico y el Mediterráneo, Doñana es uno de los paraísos de las aves de todo nuestro continente, lugar de paso, cría e invernada para miles de especies, acuáticas y terrestres, tanto europeas como africanas.

Por ello, el Parque Nacional de Doñana es una de las áreas de conservación más importantes de Europa. Esta reserva de la biosfera de 541 kilómetros cuadrados es un puzzle compuesto de lagunas, marismas, lagos, acantilados, bosques y largas extensiones de playas prístinas que permanecen intactas frente al desarrollo humano.

En abril de 2022, la revista científica Science ha publicado Doñana, Patrimonio de la Humanidad de España, en peligro, un estudio en los que un grupo de investigadores – formado por la Universidad de Extremadura, la Estación Biológica de Doñana – CSIC, el Netherlands Institute of Sea Research y la Universidad de Groningen, Países Bajos -, advierte de los peligros a los que está sometida Doñana, sobre todo después de la propuesta de ley del gobierno andaluz sobre regularizar la situación de los pozos ilegales.

«Los humedales realizan una función clave para la regulación climática», explica Juan G. Navedo, primer autor del artículo e investigador de la Universidad de Extremadura. «A pesar de ello, entre 1970 y 2015 desaparecieron más de un tercio de los humedales del planeta y la tasa de pérdida incluso se ha acelerado desde el año 2000».

Según los autores, el Parque Nacional de Doñana tiene una importancia vital porque en él habitan «una combinación de flora y fauna europea y africana, incluyendo muchas especies endémicas». Además, durante los periodos migratorios y durante el invierno habitan en este enclave único grandes poblaciones de aves acuáticas amenazadas que se reproducen en otros países de Europa. 

«La explotación desmesurada de las aguas subterráneas ha afectado a las lagunas temporales y ha provocado la desaparición de muchas de ellas. Muchas ya no se inundan, otras lo hacen durante periodos tan cortos de tiempo que no permiten que las plantas y animales completen su reproducción y las pocas lagunas permanentes son cada vez menos estables», explica Jordi Figuerola, investigador de la Estación Biológica de Doñana-CSIC.

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