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Por admin
Sebastian Stan sosteniendo su premio de Golden Globes

2024 ha sido su año. Y pinta que 2025 también lo será. Le ha costado un poco, pero por fin Sebastian Stan (Constanza, Rumanía, 1982) está cosechando el éxito, el reconocimiento y, sobre todo, los papeles que se merecía. Trabajo no le ha faltado desde que decidió dedicarse a la interpretación en lugar de ser astronauta, fase pasajera de muchos antes. Salir del estereotipo, alguien que se dio a conocer como uno de los guaperas de la serie 'Gossip Girl', le costó más. "Todavía hay quien me reconoce por ese papel", admite sin vergüenza un actor que se construyó una segunda vida con otro personaje mucho más popular, el de Bucky Barnes, alias Soldado de Invierno, del Universo Cinemático de Marvel. "Nunca pensé que me pasaría 15 años interpretando un mismo personaje", añade con la ilusión de un niño la noche de Reyes.

Stan no habla del premio a la Mejor Interpretación que ya consiguió en la última edición del Festival de Berlín o del Globo de Oro en la categoría de Mejor Actor en Comedia o Musical que acaban de otorgarle. Habla de las palabras de reconocimiento que le ofreció la madre de Pearson cuando vio la película. "Me dijo que lo que siempre había querido es que alguien, en algún momento, fuera capaz de ser Adam por un día, de sentir como él se siente a diario… y que yo lo había conseguido", Stan recuerda el momento con humildad, pero también con orgullo. "Conozco bien las presiones de Hollywood, lo mucho que quema esta industria y de eso también habla en buena parte 'A Different Man'. Adam es un gran actor, pero nunca tiene la posibilidad de demostrarlo porque no hay suficiente trabajo para él", dice de Pearson, que fue diagnosticado de su enfermedad cuando tenía 5 años y siempre se ha volcado en la interpretación sin importarle su físico.

Sebastian Stan ha vivido bastante. Son solo 42 años los que tiene, pero este hijo de padres divorciados lleva vividas varias vidas. Nacido en Rumanía, aún recuerda la revolución de 1989 y como vio el fusilamiento del hasta entonces líder de la nación, Nicolae Ceausescu, por televisión. No era el mejor ambiente. Con 8 años, Stan se fue a vivir con su madre a Viena desde donde dieron el salto a Estados Unidos cuando tenía 12. Allí comenzarían otra vida. Lo de la interpretación lo traía consigo, aunque no estaba del todo convencido. De hecho, una prueba de rodaje a la que lo llevó su madre para '71 fragmentos de una cronología del azar' (M. Haneke, 1994), que acabó siendo su debut en el cine, no le gustó nada.

Ahora, como dice, es Navidad cada vez que llaman los de Marvel con un nuevo título. Por ejemplo, el que le toca estrenar dentro de un par de meses: 'Thunderbolts', cinta dirigida por Jake Schreier ('Ciudades de papel') centrada en un grupo menos que perfecto de antihéroes, una especie de 'Escuadrón Suicida' del universo Marvel, donde lo acompañan David Harbour, Wyatt Russell, Florence Pugh y Julia Louis-Dreyfus. Una carrera en el cine de acción que lo enamora, lo cubre de moratones –"El cine de acción es jodidamente duro. Lo de Tom Cruise no es normal", ríe– y le ha llenado los bolsillos con "un personaje que no es ni bueno ni malo sino más bien uno de nosotros. Por eso los espectadores se identifican con él", explica. Aun así, Stan no se sintió satisfecho y siguió dándole la lata a sus agentes, a los directores y a todo el que quisiera escucharlo. Quería, necesitaba hacer algo más. Eso explica sus trabajos con directores como el malogrado Jonathan Demme en 'La boda de Rachel' (2008) y 'Ricki' (2015); Darren Aronofsky en 'Cisne negro' (2010); Ridley Scott en 'Marte (The Martian)' (2015), o Steven Soderbergh, con quien rodó 'La suerte de los Logan' (2017). Su sueño se hizo realidad con la llegada de papeles más complejos como el de 'Yo, Tonya' (2017) y, especialmente, la miniserie 'Pam & Tommy' (2022) con la que ganó su primera candidatura al Globo de Oro.


En ambos trabajos interpretó a personas reales a cual más diferente a sí mismo –el marido de Tonya Harding en la primera y el batería de los Mötley Crüe en la segunda– y lo hizo de la mano del mismo realizador, el australiano Craig Gillespie, alguien que "me ha enseñado mucho como actor, incluso aquello que desconocía de mí mismo", reconoce Stan. Parece mentira que no recordara las palabras premonitorias de su madre de que podría ser quien quisiera ser. Incluso Donald Trump, el epítome del sueño americano del que tanto se hablaba en Rumanía. Stan ve muchas similitudes entre 'The Apprentice (La historia de Trump)' y 'A Different Man'. En ambas interpreta a alguien con grandes inseguridades. Y en ambos casos no quiso juzgar las motivaciones de su personaje. "Yo soy el primero que se ha aprovechado de lo que ofrece el sueño americano, pero también soy capaz de ver cómo puede destruir a las personas, especialmente cualquier rastro de empatía o humanidad que quede en ellas", comenta sin mencionar a nadie.