La correspondencia de Lady Montagu en el siglo XVIII cambió profundamente la imagen que Europa tenía del Imperio Otomano. A través de sus cartas, escritas mientras vivía en Turquía, desmintió los estereotipos de otros viajeros y ofreció una visión única y detallada de la vida otomana, incluyendo el harén, los hamanes, las mezquitas y hasta la práctica de la vacunación contra la viruela. Su mirada inteligente, crítica y cosmopolita inspiró a pensadores como Voltaire y a artistas como Ingres, y sigue fascinando hoy por su mezcla de sensibilidad, humor y aguda observación cultural.