
Es sabido que la Guerra de Cuba incitó a la generación del 98 a reflexionar sobre las causas del desastre y cómo superarlo. Se sabe menos que, aparte de las meditaciones dolidas de Unamuno y sus colegas, el revulsivo estimuló un proceso de modernización que llevó al Estado a echar los cimientos de un sistema nacional de investigación.
El premio Nobel obtenido por Ramón y Cajal en 1906 y la creación de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas en 1907 señalan simbólicamente la apertura de una ventana de oportunidad para las mujeres que, “sin sombrero y con bata”, decidieron ejercer profesiones relacionadas con la ciencia y la innovación.
Ofrecer una síntesis biográfica de una docena de integrantes de esta generación es el cometido que se fijaron las autoras de Tras las huellas de científicas españolas del XX: Isabel Delgado Echeverría, Mª José Barral Morán y Carmen Magallón Portolés.
Las tres, con formación en biología, medicina e historia de la ciencia respectivamente, han volcado en su libro, editado por Next Door, el fruto de un proyecto iniciado en el grupo Genciana, ligado al Seminario Interdisciplinar de Estudios de la Mujer (SIEM) de la Universidad de Zaragoza.
Las biografiadas son la oftalmóloga Elisa Soriano (Madrid, 1891/1964); la ginecóloga Concepción Aleixandre (Valencia, 1862-1952); la oftalmóloga Trinidad Arroyo (Palencia 1872/México, 1959); la docente Dolores Cebrián (Salamanca, 1881/Madrid, 1973); la pedagoga Margarita Comas (Menorca, 1892/Reino Unido, 1972); la psicóloga Regina Lago (Palencia, 1897/México, 1966); la psicóloga María Soriano (Valencia, 1900/Madrid, 1996); la meteoróloga Felisa Martín Bravo (País Vasco, 1989/Madrid, 1979); la química Jenara Arnal (Zaragoza, 1902/Madrid, 1960); la neurocientífica Josefa Barba (Barcelona, 1904/Filadelfia, 2000); la genetista Jimena Fernández de la Vega (Asturias, 1895/Galicia, 1984) y su hermana pediatra, Elisa Fernández de la Vega (Asturias, 1895/Zaragoza, 1933).
- Inicie sesión o registrese para enviar comentarios