Enviado por admin el

Es sabido que la Guerra de Cuba incitó a la generación del 98 a reflexionar sobre las causas del desastre y cómo superarlo. Se sabe menos que, aparte de las meditaciones dolidas de Unamuno y sus colegas, el revulsivo estimuló un proceso de modernización que llevó al Estado a echar los cimientos de un sistema nacional de investigación. El premio Nobel obtenido por Ramón y Cajal en 1906 y la creación de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas en 1907 señalan simbólicamente la apertura de una ventana de oportunidad para las mujeres que, “sin sombrero y con bata”, decidieron ejercer profesiones relacionadas con la ciencia y la innovación.