Cuando en 2021 Alberto Garzón desaconsejó el consumo excesivo de carne, el revuelo que se formó fue épico. Aunque Garzón puso sobre la mesa cuestiones medioambientales y de salud difíciles de rebatir —que la propia OMS, la ONU y la AESAN ratifican—, no hubo manera de tener un debate constructivo sobre la cuestión. Si hablar de comer menos carne aún resulta polémico en este país, ¿qué pasa cuando sacamos el tema de no comer absolutamente nada o de desterrar de la dieta todos los productos de origen animal?
No cabe duda de que el asunto sigue levantando ampollas, pero la realidad es que ser vegetariano o vegano en España no es lo mismo ahora que hace 10 años. No solo estamos más concienciados sobre muchos de los problemas que estos movimientos ponen sobre la mesa, sino que la percepción social en torno a este tipo de dietas ha cambiado y estas tienen cada vez más presencia en bares, restaurantes y supermercados
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