Comienza tu aventura al amanecer, cuando el aire aún es fresco y el cielo empieza a iluminarse. La ruta comienza en Montaña Blanca, a unos 2.350 metros de altitud. El sendero es amplio y bien marcado, y a medida que avanzas, el paisaje volcánico te rodea con sus formaciones rocosas únicas y su vegetación escasa pero resistente.
A medida que asciendes, el terreno se vuelve más empinado y rocoso. Llega al Refugio de Altavista, y haz una breve pausa para descansar y disfrutar de las impresionantes vistas. Desde ahí, la subida se vuelve más desafiante, pero la emoción de acercarte a la cima te impulsa a seguir adelante.
Finalmente, alcanza el cráter del Teide. La vista desde la cima, a 3.718 metros, es simplemente espectacular. Puedes ver el mar de nubes bajo mis pies y, en un día claro, las islas vecinas en el horizonte. La sensación de logro y la belleza del paisaje hacen que cada paso haya valido la pena.
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RESEÑAS
Soy Daniela, una apasionada del periodismo y los viajes, siempre en busca de historias que merezcan ser contadas. Hace cuatro años vine a Tenerife con mis amigos y, desde entonces, esta isla me tiene completamente encandilada. Su naturaleza, su gente, su cultura… cada visita es una nueva excusa para explorarla más a fondo y descubrir esos rincones que no salen en las guías. Aquí comparto todo lo que me inspira, con mirada curiosa y corazón de reportera. Si quieres conocer Tenerife desde la emoción y la experiencia real, estás en el lugar indicado.
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