La misión al lugar más frío del mundo que cambió la historia de la humanidad

Fue una de las expediciones científicas más épicas de todos los tiempos. A finales de 1984, en plena Guerra Fría entre las potencias atómicas de Estados Unidos y la Unión Soviética, un avión estadounidense C-130 aterrizó en el lugar más legendario de la Antártida: la inhóspita base rusa Vostok, instalada en el rincón más gélido del planeta. Un año antes, allí se había registrado un récord de temperatura de 89,2 grados bajo cero. La aeronave llevaba tres científicos franceses a bordo —Claude Lorius, Michel Creseveur y Jean Robert Petit— con una misión extraordinaria: recoger hielo de tiempos inmemoriales para averiguar cómo fue el pasado remoto de la Tierra y predecir el futuro del ser humano.

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